Descripción
Esta obra nace para compartir con el espectador el trayecto hacia lo más hondo de nuestro ser, a ese punto vital donde cada uno se plantea las cuestiones trascendentales de la vida: ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Por qué estamos aquí? ¿Qué sentido tiene la vida si nos llega la muerte? La expresión artística ayuda a formular de forma no verbal los grandes interrogantes de la existencia humana. Muestra la búsqueda personal de la paz y de la felicidad del ser humano en el encuentro con un ser superior, con Dios, el dios al que cada comunidad pone un nombre diferente. Un viaje desde una experiencia concreta y personal, pero por eso mismo no muy alejado de las vivencias de cualquier individuo. De ahí que sea fácil sentir, reconocerse y empatizar en esa inmersión. La puesta en escena, a modo de oración bailada, surge de la reflexión al escuchar, cantar y rezar el Salmo 130, De profundis, expresado desde la danza contemporánea. La obra es, sin dudarlo, una llamada a la esperanza.